viernes, 27 de enero de 2017

La abuela.

"La abuela estaba sentada directamente en el suelo. Era verano, hacía calor y el sol se había retirado tras el horizonte. Los niños, sus nietos y otros vecinos, la rodeaban y escuchaban sus historias. No contaba fábulas o relatos de animales, su pensamiento era otro. Emocionada, le vinieron a la mente los momentos de su juventud, cuando participaba junto a sus compañeras de lucha clandestina. Recordó el día que recogió a sus pequeños hijos y abandonó aquella ciudad a la que tanto quería, al verse rodeada de gente extraña. Revivió el miedo a los bombardeos y el enfrentamiento directo con la muerte. La huida a ninguna parte en un tumulto de personas desconocidas. La llegada a una tierra seca y parda sin principio ni final donde tuvieron que establecerse. Sintió en su corazón el dolor por la pérdida de personas queridas. Cuando sus ojos se vieron traicionados por las lágrimas, miró de frente a los niños y con la fuerza de las mujeres saharauis, señalando el horizonte, les dijo: “allí, hacia el oeste, está vuestro país”.-Bachir Ahmed Aomar